La contratación del seguro de comunidad de propietarios es una de las principales responsabilidades de la persona u organismo encargado de la gestión de los asuntos comunitarios. No solamente por la necesidad de tener completamente cubiertos todos los daños, desperfectos o averías que puedan ocurrir tanto en las viviendas como en las zonas comunes, sino porque en caso de no cumplirse esta premisa, el resto de vecinos podrían requerir responsabilidades sobre los mismos.

El seguro de comunidades tiene muchas similitudes con el seguro de hogar, por lo que, para contar con una cobertura idónea, se deben tener en cuenta los siguientes factores. En primer lugar y de forma innegociable, se deben contar con las consideradas coberturas básicas e imprescindibles:

Incendio, explosión o rayo. Aunque, por suerte, es un suceso poco frecuente, es probablemente el hecho más grave que puede afectar a una comunidad de vecinos.

Daños por agua. De forma inversa respecto al anterior caso, es uno de los casos más frecuentes que debe acometer la comunidad de vecinos. Ya sea por daños o averías en el sistema de tuberías o por daños ocasionados directamente por la lluvia.

Responsabilidad civil. Al igual que una empresa puede generar daños a terceros en el desempeño de su actividad, en una comunidad de propietarios ocurre algo similar. Por ello se vuelve necesario la contratación de esta cobertura a la hora de cubrir los gastos de este tipo que se puedan originar.

Estos tres factores son los que creemos que deben ser inamovibles en un buen seguro de comunidades. Además, para completar otro tipo de adversidades que pueden afectar a la comunidad de propietarios, es posible ampliar la cobertura con las siguientes:

Filtraciones de lluvia. Es conveniente la contratación de una póliza que determine tanto los litros/m2 de lluvia como los kms/hora de viento a partir de los cuales vamos a contar con protección ante los daños ocasionados a nuestro inmueble.

Desatascos. Aunque sí se venían incluyendo en las pólizas la cobertura de los daños ocasionados por atascos, de forma más reciente se incluye también el servicio de desataco.

Control de plagas, desinfección y desratización. Lo más común y apropiado es acordar un número anual de intervenciones tanto en concepto de mantenimiento como de resolución de problema.

Actos vandálicos. En mayor o menos medida, la infraestructura comunitaria se encuentra expuesta a la acción externa de individuos. Grafitis en las paredes, arañazos o desperfectos de elementos comunitarios como buzones o plantas, etc.